Como ustedes saben, el telar es uno de los inventos más antiguos de la humanidad que acompañó al hombre en su evolución hasta hoy, como abrigo, como ornamento y como arte.
Al principio el trabajo era rudimentario: se entrelazaban y anudaban pieles y tallos torzados, luego se enrollaba el hilo a un palo o a un hueso, y esto permitiría formar una trama cada vez más apretada y compleja. Así se llegó a tener una tela que se tejía en un nuevo invento, el telar.
Los primeros telares eran básicos, sólo dos ramas paralelas que tensaban las hebras fijadas a un árbol y a la cintura (telares de cintura).
Poco a poco la necesidad de abrigo se fue transformando en una expresión artística. Se le dio color a los hilados con pigmentos naturales (cortezas de árboles, frutos, flores, tierra, etc.), y las telas fueron decoradas con motivos y figuras cada vez más complicadas. Finalmente, de una función utilitaria pasaron a una función ornamental que diferenciaba sexo, edad y nivel social.
Al cabo de los siglos el tejido se convirtió en un signo de identidad y no sólo fue usado para ropa sino también para decorar paredes y pisos de templos; así nacieron los tapices y las alfombras.
La técnica y los instrumentos adquirieron más sofisticación hasta llegar a ser el instrumento simple y útil que es hoy.
Esperamos que les resulte divertido, fácil y rápido.